En el periódico argentino La Nación del 04/11/07, Francisco Olivera describe una paradoja en el uso de nuestros recursos naturales:
“El razonamiento podrá resultar retorcido o paradójico, pero tiene ya varios adeptos en los países desarrollados: hay quienes piensan que, cual herencia millonaria en manos de un despilfarrador inexperto, el petróleo a buen precio puede resultar una verdadera maldición para algunas naciones de América latina”.Ahora bien, si esto lo comparamos a su vez con las ya tristemente célebres “paradojas de la abundancia” observaremos nuevas implicancias. Entre el 22 y el 28 de octubre pasado, se desarrolló en Barcelona un ciclo especialmente dedicado a la Paradoja de la Abundancia, organizado por la ong Ingeniería Sin Fronteras (ISF):
Link: Las subas en el precio del petroleo
“La segunda edición del Ciclo Paradoja de la Abundancia expondrá “la relación entre los derechos humanos y las actividades de extracción de petróleo, gas y minerales, por ejemplo cómo los conflictos socio-ambientales afectan los niveles de pobreza”, explica Ingeniería Sin Fronteras”.Entonces, la paradoja de la abundancia, ¿es una maldición porque somos despilfarradores inexpertos o porque no se respetan nuestros derechos?
Link: Recursos naturales y pobreza centran la temática del Ciclo de la Paradoja de la Abundancia
Quizás deberíamos usar una estrategia que el nutricionista intelectual Alejandro Rozitchner llama la técnica Y/O: esto es, cambiar la “o” por la “y”.
Así podríamos releer lo anterior de este modo:
La paradoja de la abundancia es una maldición porque somos despilfarradores inexpertos y no se respetan nuestros derechos.
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