sábado, 24 de noviembre de 2007

Concilio Ateo

Del 7 al 9 de diciembre se realizará el "Primer Concilio Ateo" organizado por la Federación Internacional de Ateos (FIdA) en Toledo, España.

La palabra concilio significa "reunión", "asamblea" o "congreso para tratar algo", sin embargo, por su uso la asociamos a una reunión de religiosos. Es por ello que el par "concilio ateo" forma un maravilloso oxímoron altamente sugestivo. Si a ello le sumamos que el concilio planea realizarse en la antigua iglesia de San Vicente en Toledo comenzaremos a observar una serie de paradojas impresionante.

A su vez, algo que es sumamente contradictorio es que el alcalde socialista de Toledo vetara el evento por considerar el programa del encuentro una provocación para los creyentes. Lo absurdo es que se defienda a los creyentes de un acontecimiento del cual es prácticamente imposible que deseen participar.

En España existe la libertad de cultos religiosos, la Constitución española proclama el derecho de libertad religiosa, pero, aparentemente, no existe la libertad de no tener religión, o al menos de reunirse para expresarlo. Aparentemente las certezas de los ateos ofende las certezas de los creyentes y las certezas de los creyentes ofenden las certezas de los ateos. ¿Cómo se resuelve este dilema? Con un poco de tolerancia y sentido común (hoy en día, el menos común de los sentidos).


Si no permitimos que el otro pueda expresar su verdad o certeza es porque nosotros no estamos del todo seguros de lo que pensamos o creemos. Si la verdad del otro me ofende no tengo ninguna confianza en mi verdad. Es evidente que no somos todo lo cultos y civilizados que creíamos ser. En definitiva, ninguno puede probar ni la existencia ni la inexistencia de los conceptos por los cuales discuten.

Con bastante humor, en el blog "Los archivos de Justo Serna" un lector denominado Kant postea una serie de paradojas:
"...que la Federación Internacional de Ateos convoca en Toledo, para este otoño, un Concilio (¡qué magnífica – y desternillante – paradoja!). Yo, como poliateísta militante que soy, creo firmemente en la inexistencia de los Dioses Inmortales...".
Humor, tolerancia y comprensión es lo que nos falta. Y confiar en lo que sentimos, pensamos o intuimos más allá de lo otros digan o piensen.

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