lunes, 17 de diciembre de 2007

El Reino de las Paradojas


En diversas notas periodísticas han aparecido una serie de paradojas sobre Bélgica. Estas paradojas no serían más que un problema doméstico si Bélgica no ocupara el lugar de símbolo de la Unión Europea.

El rey Albert II le ha tenido que pedir al primer ministro saliente Guy Verhofstadt que permanezca en el gobierno porque su sucesor, Yves Leterme, no puede asumir su puesto al no poder concretar un acuerdo entre las dos minorías que conforman el país. Éste se divide en tres regiones: la Capital, Bruselas, la región de Flandes (holando-parlante) y la región de Valonia (franco-parlante), y aquí comienzan las paradojas:

“Una de las paradojas de Bélgica es que aunque la franco-parlante Bruselas es la capital de los holando-parlantes Flamencos, pocos Flamencos viven en la ciudad”.
Link: Brussels: The Big Paradox -- Flemish and French

Sus aparentes contradicciones no son sólo geo-lingüísticas:

“Quizá la mayor paradoja belga sea su capital, Bruselas. Enclave francófono en territorio flamenco (85% de sus habitantes habla francés), la región de Bruselas produce el 20% de la riqueza del país, aunque no recibe los beneficios. Decenas de miles de personas vienen a trabajar, pero pagan impuestos en sus regiones de residencia, Flandes o Valonia. La fractura de Bélgica asestaría un duro golpe al prestigio de la UE, un pacto económico y político nacido precisamente para consolidar la unidad de un continente tradicionalmente desgarrado por los nacionalismos”.
Link: Bélgica podría dividirse en dos Estados por la crisis
El colmo de las paradojas es que fue este primer ministro saliente quien escribiera una carta abierta en contra de los movimientos antiglobalización:

“Creo que no tiene sentido estar a favor o en contra de la globalización sin espíritu crítico. Sin embargo, la pregunta es más bien, ¿de qué manera todos, inclusive los pobres pueden gozar de los manifiestos beneficios que trae consigo la globalización sin experimentar sus perjuicios? ¿Cuándo podemos estar seguros de que la globalización no es solamente para unos cuantos privilegiados, sino que también ofrece beneficios para las grandes masas de pobres en el Tercer Mundo?

Una vez más, vuestras preocupaciones como antiglobalizadores son correctas. Aunque para encontrar también buenas soluciones a vuestras preguntas, no necesitamos menos, sino más globalización, como muy bien lo plantea James Tobin. Esta es la paradoja de la antiglobalización”.
Link: La paradoja de la antiglobalización
Una forma de probar la eficacia de una “verdad” o una idea cualquiera es utilizarla en sí misma y observar qué efectos produce. O sea que, Bélgica debería poder aplicarse a sí misma la idea de globalización o unión que quisiera representar:

“La paradoja es aún más grande si se tiene en cuenta que Bélgica fue elegida como asiento de la Unión Europea y la OTAN, precisamente por su ejemplo de unidad. Hoy, Bruselas parecería más adecuada para ser asiento de los tribunales europeos de familia. Se los ve muy bien preparados para el divorcio y el reparto de bienes”.
Link: Un divorcio a la belga

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