jueves, 13 de noviembre de 2008

Paradojas del Tránsito, Primera Parte

En todas partes del mundo el tráfico vehicular es cada vez más caótico. Mucho se está investigando y se esta tratando de decidir qué es más conveniente: imponer restricciones (de circulación, de horarios, etc.), crear más rutas, más transporte público, menos transporte contaminante, rediseñar la trama urbana o diseñar menos.

Sin embargo, ingenieros del tráfico están aportando soluciones paradojales a la serie de problemas aparentemente insolubles que padecemos en las calles diariamente.

Una de estas soluciones prácticas es el concepto denominado Espacio Compartido que se está experimentando en varias ciudades de Europa. Quien más defendió este concepto fue el recientemente fallecido Hans Monderman quien desarrollo paradojas realmente interesantes:

  • Hacer carreteras más seguras dando la sensación de que son inseguras con pocas señales de tránsito o ninguna. El diseño mismo de la trama urbana le indica qué hacer al conductor.


  • El tráfico debería desacelerarse para que pueda moverse más rápido.
Al principio se creía que sus ideas incrementarían los accidentes de tránsito pero se le permitió hacer experimentos en algunas ciudades de Holanda que terminaron revolucionando el control del tráfico urbano.

Veamos algunos ejemplos del diseño: Se ensanchan las aceras (prioridad real a los peatones) y se reduce el ancho de las calles para que los autos reduzcan la velocidad.


“Esta es la calle principal en Haren (20.000 habitantes) en el norte de Holanda. Antes del cambio, la anchura de la calzada permitía velocidades más altas”.

“Desde que se retiraron los semáforos y se ensancharon las aceras, la vía es más cómoda y hay menos accidentes”. Ahora los autos fluyen más suave con una mayor velocidad de tránsito en general.


En la ciudad de Makkinga hay una única señal paradójica que dice: “Bienvenido, ¡Libre de señales de tránsito!”

Aunque estas medidas sólo serían viables en zonas de 30 a 40km/h, podrían aplicarse a zonas de Buenos Aires como en San Telmo, donde los vecinos quieren preservar el casco histórico libre tránsito en general. Ben Hamilton-Baillie, uno de los líderes defensores del enfoque del espacio compartido en Reino Unido asegura:
“La increíble paradoja es que si se quita todo el desorden del control del tráfico que se ha colocado para hacer las calles más seguras segregando a los vehículos de los peatones; más seguras y agradables son las calles. Los autos desaceleran porque, sin indicios de que la carretera es de ellos, los conductores perciben un riesgo. Y en la nueva forma de pensar, el riesgo es bueno”.

Aparentemente Nietzsche tenía razón: ¡vivamos peligrosamente!

Link: Bienvenido a la ciudad sin señales
Link: Go slower to move quicker
Link: Risk is good when you cross the road
Link: No street signs. No crosswalks. No accidents. Surprise: Making driving seem more dangerous could make it safer

No hay comentarios.: